El bullying es una problemática que afecta a niños y adolescentes en diversos entornos, impactando su bienestar emocional, social y físico. Puede manifestarse a través de diferentes tipos de bullying, como agresión verbal, exclusión social, acoso físico o ciberacoso, generando consecuencias a largo plazo en la autoestima y el desarrollo personal de quienes lo sufren.
Para prevenirlo y afrontarlo de manera adecuada, es fundamental la educación, el fortalecimiento de la confianza, el aprendizaje del autocontrol y gestión emocional; y la adquisición de herramientas que permitan actuar con seguridad. Identificar señales de acoso, saber cómo responder y contar con un entorno de apoyo son factores clave para reducir su impacto y fomentar espacios donde el respeto y la empatía sean la base de la convivencia.